Uno de tres dictámenes sobre un artículo que escribí: "La aversión personal como derrotero diplomático: Woodrow Wilson contra Victoriano Huerta".
<img src="/sites/default/files/field/image/1.-primer-dictamenb.jpg" width="1224" height="1584" alt="" title="Segunda página de primer dictamen a un artículo de Servando Ortoll" class="insert" /> <img src="/sites/default/files/field/image/1.-primer-dictamena.jpg" width="1224" height="1584" alt="" title="Primer dictamen a un artículo de Servando Ortoll" class="insert" />
Cuando los miembros de la revista "Signos Históricos" –del Departamente de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa– soliciaron a la dictaminadora que hablara sobre la originalidad de mi artículo, ella respondió: "[e]l abordaje del tema es extraño en nuestro medio [sic], pues a través de una mirada psicologizante [sic] se analiza la personalidad de [Woodrow] Wilson". Como lo indiqué al inicio, mi texto lo basé en un libro poco conocido de Freud. Puede la dictaminadora estar o no de acuerdo con lo que Freud dijo y yo repetí. En particular cuando traté de aplicar el análisis freudiano a las relaciones personales entre Wilson y Victoriano Huerta.
Pero, decir que es "extraño a nuestro medio" me confunde. "¿Nuestro medio?" ¿Hay un medio que es de ella y de los suyos y no mío? En todo caso si por extraño quisiera ella decir "original", esa sería una razón para publicar y no bloquear un artículo. Pero ella quiso afirmar que en México se escribe una historia pastosa, repetitiva, oficialista y poco original.
Cuando respondió a la pregunta sobre la "aportación al conocimiento del tema abordado", la evaluadora respondió:
"Las únicas [sic] aportaciones quie yo aprecio son exponer algunos [sic] documentos poco conocidos de Edith O'Shaughnessy y John Lind, de ninguna manera la hipótesis sobre la relación Wilson-Huerta, ya han hecho esos mismos planteamientos Michael Meyer y Josefina Mac Gregor [...]". Aquí la misma Mac Gregor (mi primera dictaminadora) se niega a que se publique mi artículo porque, según ella, toco lo que ella y Michael Meyer plantean. Pero que coincida en tocar el tema no significa que repita lo que ella dice: es por esto que mi artículo no debía publicarse.
De Meyer –a quien William Beezley iba a presentarme para hablar sobre el asesinato de Francisco I. Madero semanas antes de su muerte–, digo que he encontrado materiales que él nunca buscó y que le he creído a autores en los que él desconfió. Tratamos las relaciones Wilson-Huerta, pero desde diferentes perspectivas y con conclusiones distintas. Josefina Mac Gregor, por otra parte, desconoce materiales como los de Lind y O'Shaiughnessy: entre otras razones porque seguramente no habla inglés o porque está indispuesta a viajar a Nueva York a consultar los papeles de la familia O'Shaughnessy o a desplazarse a Tucson, Arizona, para consultar (en microfilm) los de Lind.
La gran aportación de Josefina Mac Gregor, si puedo llamarla así, fue consultar los archivos españoles (en lengua vernácula, por supuesto) y: escribir además una tesis que fuera acorde a la postura de Bernardo Cólogan y Cólogan sin traicionar la versión carrancista a la que ella sigue ciegamente. Su gran aportación, pues, fue escribir dos historias oficiales (u oficialistas) que no chocaran entre sí (en estas páginas reseñaré más adelante su tesis de doctorado).
En cuanto a la tercera cuestión —la "pertinencia de las fuentes y la bibliografía"—, contesta la dicaminadora: "Las fuentes y la bibliografía son básicamente norteamericanas" —¿y?—, "pero deja de lado la historiografía fundamental [sic] sobre el tema: Berta Ulloa, Martha Strauss Newman, Josefina Mac Gregor [sic], incluso a Friedrick Katz, entre otras". De Ulloa, puedo repetir lo que otros callan: creía que las armas de la revolución eran su máquina de escribir y sus ideas. Desde su trinchera en "Historia Mexicana" publicó mucho sobre la "intervención" americana, pero sin entender el proceso. Su antiamericanismo, la cegó.
Martha Strauss Newman lee inglés, pero está indispuesta a viajar o a adquirir bibliografía inexistente en el país. Sus historias (no necesariamente inválidad) son de fuentes "terciarias". Ayudaría que con sus conocimientos de la lengua dejara de repetir a otros (y así misma) e iniciara una pesquisa basada en fuentes primarias. ¿Lo emprenderá algún día? Para qué, ¿si la publican peridódicamente en "Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México"? Es una pregunta retórica, la mía. No sé en qué me ayudaría incluir el texto de Friedrick Katz en un artículo con un número limitado de páginas. Quizá hubiera valido la pena. Yo consulté muchos archivos que él analizó, pero también llegamos a conclusiones distintas. Sin problema hubiera incluido a Katz, Newman y Ulloa. Mac Gregor merece tratamiento aparte.
En cuanto a las "recomendaciones al autor", ignoro por qué escribió lo que sigue. Ya desde un inicio había dicho que mi artículo era "no publicable" en negritas, cursivas y subrayado. No durmió seguramente esa noche mi dictaminadora. De sus "recomendaciones" dijo que mi artículo estaba "bien escrito" pero: "el punto de parttida y el manejo de la información resultan un tanto [sic] cuestionables". ¿"Un tanto" basta para impedir que se publique un artículo? Sigue la autora: "[a] raíz de un trabajo de Sigmund Freud y William C. Bullit, en el que se psicoanaliza en los años 30 la personalidad de Woodrow Wilson, el autor (a) intenta refutar algunos elementos [¿cuáles?] y confirmar otros en la relación Wilson-Huerta". Cierto, pero eso ¿cómo afecta el dictamente de Mac Gregor? Es muy vaga en sus "recomendaciones" que como se lee no lo son.
Siguen sus recomendaciones: "Para ello el autor acude a algunas fuentes primarias (algunos documentos) y un libro editado en 1920, de la O'Shaughnessy, sin realizar ninguna crítica a estos materiales, no obstante que los dos libros de ésta son tan diferentes, y el segundo, ya presenta algunas reflexiones que no proporcionó en el primero, y ya incorpora algunas de las interpretaciones vigentes sobre los personajes". En estas líneas repitió la autora cuatro variantes de "algunos", ¿con sus años no sabe escribir aún? Además: son tres los libros de "la O'Shaughnessy" y no dos como ella afirma. Pero lo importante: mi artículo no era una reseña de los tres libros de Edith O'Shaughnessy. Al contrario: utilicé información proveniente de sus obras y de sus archivos personales (sitos en la New York Public Library) para apoyar mis argumentos.
Siguen sus "recomendaciones": "En el propósito de desacreditar al presidente estadounidense [?], el autor (a) del artículo acaba por justificar a Huerta [sic], incluso negando que éste hubiera intervenido en el asesinato de Madero y Pino Suárez, haciendo a un lado la inmensa bibliografía [oficialista] que existe al respecto". Tiene razón es una inmensa bibliografía que repite la historia oficial, que hasta ahora no ha demostrado que Huerta interviniera directamente en el asesinato de Madero. Mi postura es que Huerta sí fue responsable de la muerte de Madero porque sabía de planes de militares, políticos y licenciados cercanos a él de asesinarlo, y se confió. Esta distracción costó la vida de Madero y lo convirtió en mártir (cosa que Huerta quería evitar). De allí, a que se demuestre por repetición carrancista que Huerta ordenó la muerte de Madero, hay un abismo insalvable. Por cierto que Michael Meyer pensaba como yo (o yo como él). Por eso me interesaba tanto conocerlo.
Además de la aseveración en la que acabo de expandir, Mac Gregor me acusa de describir "un Huerta descendiente de españoles por vía materna, haciendo a un lado si más trámite [sic] las referencias de que eran indígenas". Josefina Mac Gregor me acusa de no leer a Meyer y esta aseveración es de Meyer y no mía. ¿No sabrá la "historiadora" distinguir cuando encuentra palabras entrecomilladas? Asegura que mis datos "sobre su carrera mlitar [de Huerta]" "no coinciden con su expediente, o bien si[n] probar su aserto asegura que desde 1911, cuando regresaba de Veracruz, Huerta concluyó que sería el siguiente presidente". Esta afirmación proviene justamente de las "Memorias" de Huerta que Mac Gregor editó. Después de leer con cuidado dichas memorias, concluí que son parcialmente falsas y si las citara de nuevo, sería más cuidadoso. Pero esto es algo que pude quitar o justificar mejor. No justifica su dictamen de "No publicable".
Viene en seguida algo de lo que hablo con mis estudiantes de posgrado: cómo usar un "red herring" o arenque rojo. Los conservacionistas ingleses, para impedir que los perros de caza encontraran a las zorras, tiraban en el camino arenques rojos, para descontrolar su olfato. Yo lo uso y he usado en muchas ocasiones, para ver (como en este caso) qué tanto saben mis dictaminadores sobre el tema. Con este antecedente, cito una vez más el dictamen de Josefina Mac Gregor.
"Da la impresión de que el autor (a) no conoce [sic] el contexto o la información precisa [sic] sobre el tema: p.j. asienta que Huerta y Wilson llegaron al poder con 'unos meses de diferencia', cuando en realidad fueron sólo días (19 de febrero y 4 de marzo respectivamente), o bien que se dice que Huerta fue el intelectual del asesinato de Gustavo Madero [eso nunca lo escribí], cosa que no se ha sostenido porque se sabe [sic] que Huerta entregó al prisionero a sus nuevos alianos [sic]. Asimismo, puede apreciarse un exceso de calificativos que exhiben una interpretación maniquea". ¿Es posible esto último? Quizá. Pero creo que se refiere a la expresión de Huerta cuando le dijeron que habían asesinado a Madero: "¡ya me hicieron mártir a este pedejo!" Palbras que cité directamente de otro autor que habló sobre el asesinato del expresidente.
Retomo el párrafo final de las "recomendaciones":
"En el trabajo nunca se ubica el movimiento político al que pertenecía Wilson [cierto], ni sus diferencias con los grupos empresariales, etc. [¿por qué debía hablar sobre esto, no lo explica la dictaminadora, pero puede ser], tampoco hay precisión sobre las fechas y movimientos diplomáticos en México por parte del gobierno estadounidense [me parece que se equivoca en esto], ni el envío de agentes [¿cómo no? ¡Hablé directamente del más importante de todos, John Lind], ni [de] las actividades que éstos realizaron en México [en apariencia Mac Gregor no leyó lo que escribí sobre Lind], y mucho menos hay datos sobre el constitucionalismo [¡no era el tema de mi artículo!], el cual prácticamente ni aparece [¿es obligación mencionarlo, más de lo que lo mencioné?], sólo para sugerir que el gobierno de Estados Unidos [no dije el gobierno de Estados Unidos, dije Woodrow Wilson: una gran diferencia, señoa Mac Gregor] deseaba apoyarlo [de hecho mostré cómo lo apoyó]. Por último, insisto, hay muchas suposiciones que no se demuestran, lo que quita rigor al trabajo, además de que no me parece relevante la perspectiva psicologizante [sic] en lo que se refiere a explicariones".
En suma: las cosas que Mac Gregor dice que que escribí y son vagas, no las encuentro. No le gustó el análisis freudiano y lo repite dos veces, como se autocita dos veces. Siguen dos últimas secciones, que responde Josefina Mac Gregor en vez de las recomendaciones. ¿No leyó acaso las instrucciones?
a) Modificaciones necesarias
"Analizar críticamente las fuentes que utilizar; revisar la historiogría del periodo' incorporar la información; eliminar suposiciones, probar asertos". Estas sí son recomendaciones y todas ellas las pude haber reparado. Pero ella siguió firme hasta el final.
b) Sugerencias para enriquecer el trabajo
"Realizar un análisis más crítico y riguroso".
También estas, sus últimas palabras, son recomendaciones. No entiendo para qué se molestó en escribir tanto (más allá de para justificar su postura) respecto a mi artículo. Sigo con mis "hipótesis" sobre la muerte de Francisco I. Madero porque considero que las de la interminable fila de historiadores oficialistas, entre quienes destaca la señora Josefina Mac Gregor, no son más que hipótesis que hasta ahora no han confirmado.