Artífices y avatares: lo que revela el juicio de Tepames, Colima (1909-1914)
25 años hace que inicié la pesiquisa para un libro que parecía que moriría en su cuna. Originalmente lo preparé para un concurso nacional de historia regional. Uno de los jueces, a su regreso a Guadalajara, me llamó telefónicamente para felicitarme: mi obra era una de las 10 finalistas. Esto significaba que, si no llegaba a ninguno de los tres primeros lugares, al menos la publicaría Conaculta. Misteriosamente la obra no apareció como finalista y el lugar de mi libro lo ocupó otro. Lo presento ahora, con cambios sustanciales: no respecto a la estructura tal como la diseñé hace un cuarto de siglo. Más bien respecto a la escritura y a más información (proveniente de la prensa regional y nacional de la época, además de otro tipo de documentos). Estoy contento con la obra y espero que lo estén los descendientes de todos los actores que aparecen en sus páginas. Después de todo, seguí los consejos de Herbert Butterfield, respecto a que el historiador debe entender a los actores mejor de lo que ellos mismos se entendieron. Siguiendo sus consejos, transporté a esos actores y sus luchas, "a un mundo donde todo se comprende y todos los pecados se perdonan".
Entre los personajes principales se encuentran Darío Pizano, jefe de la policía de Colima; Enrique O. de la Madrid, gobernador del estado y abuelo del ex presidente Miguel de la Madrid; Carlos Meillón, jefe político de Colima; J. Trinidad Alamillo, periodista y eterno candidato a la gubernatura (hasta que un día llegó a ella). Otros actores menores entran en escena. Fueron esos momentos difíciles para Colima, pero también para el resto de la república. Mi obra habla de la violencia en más de un sentido: contra la vida de dos campesinos tomados por sorpresa; sobre la violencia institucional y el abandono a su suerte de subordinados; de la violencia presidencial (de 1909 y posterior...).